Otro ajuste es posible

Los de Público se lo curran muy bien. Han elaborado un buen informe sobre cómo recortar sin necesidad de tocar el gasto social. Interesante

Privilegiados

Para el consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, Antonio Beteta, los funcionarios somos unos privilegiados porque tenemos un salario público garantizado de por vida y una estabilidad en el empleo. Así se explica este señor; las oposiciones no son nada por lo visto. Habrá que recordarlo cuando vayamos a votar, ¿no?

Libertad de elección

La actuación de la consejera de educación de la Comunidad de Madrid es de lo peor que le haya podido pasar a la escuela pública en España. Supone un ataque en toda regla a la libertad de elección de centro.
Se les llena la boca con la dichosa libertad de elección, pero en realidad lo que están haciendo es impedir que los ciudadanos puedan elegir libremente un centro público de calidad. Entre las medidas que se avecinan están la supresión de profesores del cupo (en otras palabas, menos profesores para la pública, ya muy saturada); la eliminación de orientadores, de aulas de enlace; el cierre de unidades de secundaria (en el IES La Paloma, de Madrid); supresión de la mayoría de los bachilleratos nocturnos de Madrid capital; suprimir profesorado en los centros de Educación Especial; recortes en los centros de educación de adultos y en los programas de educación compensatoria; ... en este enlace está el documento que ha enviado CCOO para pedir explicaciones.
Esta es la libertad que predican. Ya lo dijo Madame Roland: Libertad, ¡cuántos crímenes se comenten en tu nombre!

Todos somos iguales ante la ley ...

Merece la pena echar un vistazo a esto, después reflexionar un poco sobre ello y luego difundirlo.
La Constitución dice que todos somos iguales ante la ley, pero sólo ante la ley, claro, aunque eso tampoco parece estar muy claro.

Desfachatez

(Ignacio Escolar, columnista de Público)

No nos merecemos estos políticos. Esta mañana, al oír las noticias, lo he pensado y al leer Público lo he leído. A ver qué os parece. Este es el respeto por las instituciones que tanto pregonan.

Las prisas

Aunque parece que lo que escribo le interesa a muy poca gente, salvaré Sodoma y Gomorra por un solo justo, o justa.
He empezado a leer un libro que os recomiendo encarecidamente: La ciencia y la vida, de José Luis Sampedro y Valentí Fuster. En la página 23, bajo el epígrafe de "Infarto social", dice Sampedro:
la sociedad está en grave riesgo de infarto, y en la pág. 27 contesta Fuster: [...] un mundo que parece haber perdido la brújula del razonamiento [...] Es un mundo súper acelerado en el que no hay tiempo para la reflexión.
Finalmente, en la pág. 29 concluye Fuster: Hay una relación directa entre una sociedad de consumo y su herencia, una sociedad con infarto de miocardio.
Curiosamente, hace unos días leía esto en un volumen colectivo sobre tradición clásica, Antiquae Lectiones: el ritmo vertiginoso de los cambios que vivimos (cuanto más avanzamos en el tiempo, más deprisa ocurren las cosas) no se compadecería entonces con los clásicos, que exigirían un sosiego y una reflexión intelectual que se considera incompatible con nuestra edad tecnológica.
Pues eso, ¿a dónde vamos con tanta prisa?