En la introducción al poema de Gilgamesh, en la versión de Mitchell que citaba en la entrada anterior, he encontrado otro texto para reflexionar:
"La lucha entre el bien y el mal / es la principal enfermedad de la mente", escribió el maestro zen del siglo VI Seng-ts'an. Es demasiado sencillo vernos luchando en el bando de Dios, identificar nuestra ideología con lo que es lo mejor para el mundo y utilizarla para justificar cruzadas, pogromos o ataques preventivos. Proyectar el mal hacia el mundo hace que yo esté en posesión de la razón irrefutable, una posición tan peligrosa en la política como en el matrimonio.