viernes, 27 de abril de 2012

A propósito de la reforma educativa

Seguimos en el mismo libro de la entrada anterior, HHhH de Laurent Binet. En el capítulo 168 habla de la formación de nuevo gobierno checoslovaco impuesto por Heydrich. 


Los dos puestos claves de ese gobierno fantoche son el ministerio de Economía, confiado a un alemán cuyo nombre en esta historia es totalmente irrelevante, y el ministerio de Educación, atribuido a Emanuel Moravec. Al nombrar a un alemán como ministro de Economía, Heydrich impone el alemán como lengua de trabajo en el equipo de gobierno. Al nombrar a Moravec a la cabeza de Educación, se asegura los servicios de un hombre en el que ha sabido apreciar una extraordinaria predisposición a colaborar. Ambos ministerios están unidos por un mismo objetivo: mantener y desarrollar una producción industrial que responda a las necesidades del Reich. Para conseguirlo, el papel del ministro de Economía consiste en someter todas las empresas checas al esfuerzo de guerra alemán. El papel de Moravec consiste, por su parte, en desarrollar un sistema educativo cuya única vocación sea la formación de obreros. En consecuencia, los niños checos no recibirán más enseñanza que aquella estrictamente necesaria para su futura profesión, es decir, un saber básicamente manual, completado por un mínimo de conocimientos técnicos.

Destacan dos aspectos: la imposición del alemán como lengua de trabajo y la finalidad del sistema educativo. Hoy en día poco ha variado: (a) se impone el inglés, incluso en la enseñanza secundaria, con esos engañosos programas bilingües y la exigencia -al menos teórica- de que todos los universitarios lo hablen; (b) se pretende que sólo se acceda a una educación pensada por y para los dichosos mercados y sus exigencias (el plan Bolonia). Menudo futuro nos espera.

El fascismo sigue estando presente, aunque disfrazado, y ya va ascendiendo en toda Europa, como resultado de las absurdas políticas neoliberales de austeridad. En España, este gobierno -con sus reformas y sus recortes- se ha puesto descaradamente al servicio de intereses contrarios a los ciudadanos.