O mejor dicho, sobre la objetividad. Ahora que tanto se habla de estas cuestiones, habría que recordar el texto de Salustio en su Conjuración de Catilina (capt, 51, 1):
Omnis homines, patres conscripti, qui de rebus dubiis consultant, ab odio, amicitia, ira atque misericordia vacuos esse decet. Haud facile animus verum providet, ubi illa officiunt.
Senadores, todos los hombres que deliberan sobre cuestiones dudosas, conviene que estén libres de odio, amistad, ira y compasión. No con facilidad el pensamiento discierne lo verdadero, cuando aquellos [sentimientos] obstaculizan
(Escultura de Salustio en el Parlamento de Viena. Fotografía de Dvallejosanz)
Nunca te acostarás sin saber una cosa más.El tema es que en según que aspectos (¿judicatura quizá? xDD),no se cumple ni minímamente lo que dice Salustio.Y con ésto "no te digo nada y te lo digo todo".
ResponderEliminarInteresante :D
Lo primero, darte las gracias por tus comentarios. Después me permito recomendarte la lectura de la Conjuración de Catilina y la Guerra de Yugurta, ambas de Salustio. Son cortitas y nos enseñan mucho sobre la naturaleza humana y la clase política
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